La “bebé” que se ve en la fotografía se llama Brooke Greenberg, y tiene una condición que la hace única en el mundo: No crece y, al parecer, no envejece.
Al decir que Brooke no envejece significa que los tejidos de su cuerpo parecen conservar las características de cuando tenía un año de edad. Tiene 16 años, pero su tamaño es el de una niña de un año y medio, y su desarrollo mental el de una de un año, mientras que sus huesos tienen una edad que corresponde a una niña de 10 años.
Los médicos más reputados de los Estados Unidos no saben qué enfermedad padece Brooke. Y aunque algunos dicen que en ella podría encontrarse la clave de la eterna juventud, eso es dudoso, ya que evidentemente es subnormal. No camina, no socializa con los de su edad, no habla, no es autosuficiente en ningún sentido y cuando sus huesos alcancen la edad ósea del adulto, será imposible que crezca. Es como si estuviera destinada (condenada) a ser una eterna bebé.
Si los tejidos de Brooke crecen a una velocidad menor a la de los seres humanos comunes y corrientes, probablemente viva 150 años, pero encerrada en un cuerpo de bebé y tal vez con un desarrollo mental incompleto. Eso no parece una ventaja, sino una terrible maldición
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