[Por Thomas P. Peschak] Cuando en el año 2005 se publicó por primera vez esta foto en la revista Africa Geographic, provocó un alud de e-mails, llamadas de teléfono y cartas de todas partes del mundo preguntando si la imagen era un montaje. En los meses que siguieron a la publicación, la autenticidad de la foto se discutió de forma acalorada en no menos de medio centenar de páginas web. La imagen se convirtió probablemente en la más comentada del 2006, aparece en multitud de refritos fotográficos en la red y se ha convertido indiscutiblemente en el best seller de la sección venta de posters.
La foto es real, no hay photoshop, no hay manipulación digital, no hay nada de nada. En realidad la tomé en diapositiva Fuji Provia 100, usando una cámara Nikon F5 y un objetivo de 17-35 milímetros. A todos aquellos fans de las conspiraciones que aún siguen dudando de su autenticidad, les pido por favor que lean cómo tomé la fotografía.
Para tomar esta imagen me até a la torre del buque de investigación Lamnidae y me incliné hacia el vacío. Así, colgado de forma precaria sobre el océano, me dispuse a esperar pacientemente la llegada de un tiburón blanco. Mi intención era tomar una instantánea que contase la historia completa de nuestros esfuerzos de investigación en seguir el rastro de los tiburones blancos usando kayaks. Cuando el primer tiburón blanco del día apareció junto a nuestro kayak marino, se sumergió hacia el fondo arenoso para inspeccionarlo desde abajo. Rápidamente fijé el objetivo de la cámara sobre la sombra oscura que lentamente se transformaba, de una mancha difusa, en el elegante contorno de un gran tiburón blanco. Cuando la aleta dorsal del tiburón irrumpió en la superficie pensé que ya tenía la foto, pero dudé una fracción de segundo. Esa pequeña duda recibió la recompensa de ver como el biólogo marino que iba en el kayak, Trey Snow, volvía la cabeza hacia atrás. En ese momento apreté el disparador y el resto es historia. A lo largo del día tomé muchas más imágenes, la mayoría mostraban al kayak siguiendo al tiburón, pero todas carecían de la fuerza de aquella primera imagen del gran blanco acechando al kayak.
Traducido de la web de Thomas P. Peschak.
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