Su madre Nadia Counter, al escuchar el nombre de su hijo siendo llamado al counter de la aerolínea se acercó, guardias de seguridad del aeropuerto le pidieron que no toque al niño, que es un peligro de seguridad, sacaron todas las pertenencias de sus maletas, revisaron una por una, y pero la “cereza en el pastel” de esta desagradable y paranoica situación: volvieron a revisar a la madre para asegurarse que no había obtenido ningún elemento peligroso por parte del niño.
Ahora la madre del niño de 5 años tiene que pasar por un proceso burocrático para demostrar que el niño no es un peligro, y así evitarse otra mala experiencia con los elementos de seguridad de un aeropuerto americano que aparentemente no son personas, son robots programados sin capacidad de pensamiento o sentido común.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario