La figura de Papá Noel surge a partir de dos personajes. El primero es San Nicolás, patrón de la Sociedad Histórica de New York, que traía regalos y se celebraba una cena anual en su honor. Fue obispo de Mira (la actual Turquía), quien fue muy popular por su bondad y por su generosidad con los pobres.
Se llamaba Nicolás de Bari y nació en el siglo IV. Su aspecto distaba bastante del que hoy se le atribuye. Se lo representaba como un hombre de complexión delgada y gran estatura que vestía como un sacerdote. El hecho de que se lo represente con tres bolsas doradas se debe a que, según cuenta la leyenda, Nicolás de Bari supo en una ocasión que uno de sus vecinos se encontraba en bancarrota y que estaba desesperado por no tener la dote de su hija, comprometida para casarse en fecha próxima. Al conocer las tribulaciones de su vecino, Nicolás dejó una bolsa con monedas de oro como un obsequio en la casa del mercader. La boda se celebró sin contratiempos. Desde entonces cobró fuerza la costumbre de intercambiar regalos en Navidad. En el siglo XII la tradición católica de San Nicolás se expandió por Europa, mezclándose con celebraciones similares. Hacia el siglo XVII emigrantes holandeses llevaron la costumbre a Estados Unidos.
A lo largo del siglo XIX, Santa Claus fue representado de múltiples formas: adulto, joven, enano, anciano, gordo, flaco, vestido de rojo, verde. Hasta que el escritor inglés Clement Moore lo imaginó en un trineo llevado por ocho renos, Papá Noel repartía sus regalos a pie o montado en un caballo. Pero además, no siempre tuvo la imagen universal que se conoce hoy. El nuevo aspecto de tan querido símbolo navideño, un hombre regordete de sonrosadas mejillas y larga barba blanca, se debió al arte del caricaturista norteamericano del siglo XIX Thomas Nast, quien representó así a Santa en una ilustración. Sin embargo, a partir de 1885, con la impresión por parte de Louis Prang de una serie de tarjetas de felicitación, la imagen del anciano rechoncho y bonachón, vestido con pieles rojas fue la que prácticamente se impuso a todas las demás:
Tarjeta de felicitación de Louis Prang de 1885, donde sale Santa Claus con una imagen aproximada a la que luego usaría Coca-Cola
Esa representación era ya prácticamente un estándar, como afirmaba el New York Times el 27 de noviembre de 1927: Ya hay una Santa Claus para los niños de New York. Su altura y peso están prácticamente establecidos, así como su vestimenta roja, el gorro y los calentadores blancos. El saco lleno de juguetes, las mejillas rosadas, las cejas pobladas, y la panza ya son partes necesarias a incluir en el disfraz.
Unos años más tarde, a principios de 1930, Coca-Cola buscaba una forma de potenciar las ventas de su bebida, ya que el invierno estaba siendo una temporada algo floja ese año. Contrataron a Haddon Sundblom, un ilustrador que creó una serie de dibujos donde salía la ya entonces popular figura de Santa Claus bebiendo Coca-Cola o recibiéndola como un regalo. Así, además de potenciar la venta del refresco, se encontró un nuevo mercado, el de los niños. El gran éxito de esta campaña publicitaria es el que alimentó la leyenda de que Coca-Cola fue quien inventó la figura actual de Papá Noel o Santa Claus, pero no fue así: simplemente utilizaron lo que ya existía, aunque hay que decir que sí potenciaron aún más el uso de esta imagen respecto a las otras que existían.
De hecho ni siquiera fueron los primeros en utilizarla: en 1915, White Rock Beverages utilizó la figura de Santa Claus en las campañas de promoción de su agua mineral, y de ginger ale en 1923.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario