domingo, noviembre 21, 2010

Partes del cuerpo que no usamos


Dicen que el ser humano es lo mas perfecto de la creacion, aunque siempre hay alguna cosa que falta… y otras que sobran… Hasta en nuestro cuerpo… Y si no te lo crees… lee atentamente. Son 20 partes del cuerpo humano que no necesitamos, y que están vaya uno a saber por que. Algunas son realmente molestas, otras pasan desapercibidas, pero todas ellas coinciden en algo: sobran en nuestro organismo…
Muelas de juicio
1. Muelas de juicio
Ya no son necesarias para el tipo de alimentos que ingerimos, a no ser que te guste andar mascando ramas por ahi. Solo el 5% de la población cuenta con un juego sano de estos terceros molares.
Apéndice
2. Apéndice
Este estrecho tubo muscular unido al intestino grueso, servia como área especial para digerir la celulosa cuando la dieta de los humanos consistía más en proteínas vegetales que en animales. También produce algunos glóbulos blancos, pero si se extrae no causa problemas.
Vello corporal
3. Vello corporal
Las cejas, evitan que el sudor caiga a los ojos, el cabello ayuda a proteger la cabeza del frío o calor, y el vello facial masculino podría jugar algún papel en la selección sexual, pero aparentemente, la mayor parte del pelo restante en el cuerpo humano no tiene ninguna función.
Coxis (o coccis)
4. Coxis (o coccis)
Estas vértebras fusionadas son todo lo que queda del rabo que la mayoría de los mamíferos aún emplean para mantener el equilibrio y para la comunicación. Nuestros ancestros homínidos perdieron la necesidad del rabo cuando comenzaron a caminar erguidos.
Dedos del pie (menos el dedo gordo)
5. Dedos del pie (menos el dedo gordo)
El humano utiliza el dedo gordo para equilibrarse. El resto solo sirve para sufrir cuando se los choca contra las patas de alguna silla o alguna esquina.
Pezones masculinos
6. Pezones masculinos
Los conductos lactíferos se forman antes de que la testosterona provoque la diferenciación de sexos en el feto. Los hombres tienen tejido mamario que puede ser estimulado para producir leche.
Útero masculino
7. Útero masculino
Los restos de un órgano sexual femenino no desarrollado cuelgan del órgano de la próstata masculina.
Músculo palmar
8. Músculo palmar
Este músculo largo y estrecho recorre el codo hasta la muñeca y está ausente en el 11% de los humanos modernos. Una vez pudo ser importante para colgarse y escalar. Los cirujanos lo aprovechan para emplearlo en cirugía reconstructiva.
Tercer párpado
9. Tercer párpado
Un ancestro comun a las aves y los mamíferos podía haber contado con una membrana para proteger el ojo y barrer los residuos hacia el exterior. De el los humanos conservan solo un pequeño pliegue en la esquina interior del ojo.
Costillas del cuello
10. Costillas del cuello
Un conjunto de costillas cervicales, posiblemente restos de la edad de los reptiles, aún aparece en menos del 1% de la población. A menudo provocan problemas nerviosos y arteriales.
Musculos extrinsecos del pabellón auricular
11. Musculos extrinsecos del pabellón auricular
Son los músculos que le permiten a algunas personas mover sus orejas. No tienen ninguna otra utilidad que la de parecer raro cuando lo haces. Yo no los debo tener, porque me resulta imposible mover las orejas!!!
Músculo erector del pelo
12. Músculo erector del pelo
Ciertos haces de fibras musculares lisas permiten a los animales erizar su pelaje para mejorar su capacidad de aislamiento o para intimidar a otros animales. Los humanos conservan esta habilidad (la famosa piel de gallina) aunque obviamente han perdido la mayor parte de su pelaje.
Punto de Darwin (o tubérculo)
13. Punto de Darwin (o tubérculo)
Un pequeño punto de piel plegada hacia la parte superior de cada oreja aparece ocasionalmente en los humanos modernos. Podría tratarse de un remanente de una formación más grande que ayudaba a centrarse en los sonidos distantes.
Músculo subclavio
14. Músculo subclavio
Este pequeño músculo situado bajo el hombro, que va desde la primera costilla hasta la clavícula, podría ser útil si los humanos aún caminasen a cuatro patas.
Músculo plantar
15. Músculo plantar
A menudo confundido con un nervio por los estudiantes novatos de medicina, este músculo fue util para otros primates, que lo usaban para agarrar objetos con los pies. Ya ha desaparecido en el 9% de la población humana.
Decimotercera costilla
16. Decimotercera costilla
Nuestros parientes más cercanos, los chimpancés y gorilas, cuentan con un juego extra de costillas. La mayoría de nosotros tenemos 12, pero el 8% de los adultos cuentan con un par de más.
Vaso deferente femenino
17. Vaso deferente femenino
Lo que podría haberse convertido en conductos seminales en los machos, se convierten en paraovarios en las hembras, un grupo de tubos que acaban en vía muerta próximos a los ovarios.
Organo Vomeronasal (o de Jacobson).
18. Organo Vomeronasal (o de Jacobson).
Un diminuto hoyo a cada lado del tabique nasal que se considera ligado a los quimiorreceptores no funcionales. Podrían ser todo lo que queda de nuestra otrora gran habilidad para detectar feromonas.
Músculo piramidal
19. Músculo piramidal
Más del 20% de nosotros carecemos de este diminuto músculo triangular similar a un marsupio que se une al hueso púbico. Podría tratarse de una reliquia de la bolsa de los marsupiales.
Senos paranasales
20. Senos paranasales
Los senos nasales de nuestros primeros ancestros podrían haber estado ligados a los receptores de olor, que les aportaban un elevado sentido del olfato que les ayudaba a sobrevivir. Nadie sabe por qué retenemos estas cavidades asociadas a la mucosidad, salvo quizás para aligerar el peso de la cabeza y calentar y humedecer el aire que respiramos.

Joshua Bell – La importancia del contexto

La historia tiene ya más de tres años pero es suficientemente interesante para comentarla.
Joshua Bell (1967)  es un violinista estadounidense con una larga e importante carrera, con solo 14 años debutó como solista de la Orquesta de Filadelfia y desde entonces no ha parado. Es uno de los violinistas más importante y reconocidos del mundo.  Bell tiene un violín Stradivarius de 300 años llamado Gibson ex Huberman – a los Stradivarius se les pone nombre – por el cual pagó alrededor de 4 millones de dolares.
Al periodista del Washington Post Gene Weingarten se le ocurrió un curioso experimento: situar a Bell vestido con vaqueros, camiseta y una gorra de béisbol, y con el maletín del Stradivarius delante suyo para que tirasen monedas o billetes,  en una concurrida estación de metro de Washington una fría mañana de enero de 2007 para tocar durante 43 minutos varias obras maestras que requieren una notable técnica para su interpretación. El experimento se filmó  con cámara oculta. ¿Que ocurría? Se preguntó Weingarte. ¿Pasaría desapercibido o sería reconocido? Leonard Slatkin, director de la Orquesta Sinfónica Nacional de EE UU vaticinó que recaudaría unos 150 dólares y que, de mil personas, 35 lo reconocerían y se formaría un corrillo de admiración.
Nada de eso ocurrió. De las poco más de 1000 personas que pasaron por delante del músico solo 27 le dieron dinero casi sin pararse a escucharlo, nadie le reconoció y en total ganó 32 dólares. Hacía tres días que Bell llenó el Boston Symphony Hall a 100 dólares la entrada. “Era una sensación extraña, la gente me estaba… ignorando” declaro Bell y dijo que se sentía “extrañamente agradecido” cuando alguien le tiraba unos centavos. Lo peor de todo, según él, fue que nadie le aplaudía cuando terminaba la pieza.
Esta claro que una estación de metro en hora punta no es el mejor lugar para apreciar la música en su valor, pero no deja de ser chocante que nadie se diese cuenta de que, tanto el interprete como las obras, eran de muy alto nivel. En el vídeo de más abajo se puede comprobar esta circunstancia. Esta claro que el contexto sí importa. Weingarten recibió el Premio Pulitzer en 2008 por su artículo.

Carta de Villa a Zapata Invadir EU

En el libro "Nosotros los hombres ignorantes que hacemos la guerra", el documentalista Armando Ruiz Aguilar publica el documento que permaneció oculto hasta 1975, cuando fue redescubierto en EU.
 


La "polémica y atrevida" misiva en la que Pancho Villa le proponía a Emiliano Zapata invadir Estados Unidos se incluye en el libroNosotros los hombres ignorantes que hacemos la guerra, una compilación de la correspondencia entre ambos insurgentes que se presentará en la Feria del Libro de Guadalajara.

de esta carta, que "ayudará a que mucha gente se siga enamorando" de estas dos figuras de la Revolución (1910-1917) tan decisivas para la historia de México.

Tras ser hallado en la bolsa de uno de losmexicanos caídos en el ataque al fortín estadunidense de Columbus -considerado por muchos como el único atisbo de invasión de un extranjero a Estados Unidos- el documento permaneció oculto hasta 1975, cuando fue redescubierto en aquel país.
Al parecer, la carta había sido redactada dos meses antes, en enero de 1916 y, a la espera de una respuesta por parte de Zapata, otorgaba un plazo de seis meses para reunir a los suficientes soldados para llevar a cabo la invasión.

"Hemos decidido no quemar un cartucho más con los mexicanos y prepararnos y organizarnos debidamente para atacar a los americanos en sus propias madrigueras", le escribía Villa a Zapata.
Para Ruiz Aguilar, todo parece indicar que éste último nunca tuvo la carta en sus manos.
Respecto a qué habría sucedido si la hubiese leído, el autor del libro imagina que Zapata no habría aceptado la propuesta, ya que "su zona segura de acción era Morelos, Puebla y el estado de México (centro del país), y el desplazamiento al norte habría sido muy caro".
Lo que más ilusiona de su obra a este documentalista es que permitirá que se conozca a El Centauro del Norte (Villa) y El Caudillo del Sur (Zapata) "más allá de si tenían tantas mujeres o si les gustaba el helado de fresa".

Según Ruiz Aguilar, la relación entre ambos personajes, "amable y políticamente correcta" a tenor de la correspondencia, da cuenta de "ese filón humanístico y político de saber, después de que laRevolución se prolongase y costara tantos muertos, que había que pensar en un proyecto de país".
"Sus personalidades eran muy diferentes pero cuando hay un interés en común, se pueden hacer muchas cosas", subrayó.

Mientras Villa era "muy norteño, más abierto", prosiguió, Zapata era más retraído.
Pero ambos eran "líderes naturales que ejercían una atracción magnética sobre sus soldados", que jamás perdonaron una traición y que se ganaron adeptos "conviviendo con la gente lejos de la opulencia, sin ninguna clase de parafernalia".

"Eso ayuda a que sigan vigentes como 'los de casa'. No se venden 'playeras' (camisetas) deVenustiano Carranza ni de Lázaro Cárdenas, sino de Villa y Zapata", diagnosticó.
Villa y Zapata no eran esos pueblerinos incultos de los que a veces se ha hablado, consideró Ruiz, sino líderes "con una visión que iba más allá".

jueves, noviembre 11, 2010

Llamarse Vanessa

Vanesa o Vanessa es uno de los nombre de mujer más comunes a día de hoy tanto en España como a nivel mundial, teniendo un considerable auge en las últimas décadas. Sin embargo, no encontraremos ninguna referencia escrita en ningún texto literario o civil antes de 1726. Esto tiene una sencilla explicación: ese año fue inventado el nombre de Vanessa por Jonathan Swift el autor de, entre otras, la famosa novela Los viajes de Gulliver.

Jonathan Swift
Jonathan Swift es sin duda uno de los más reconocidos autores en lengua inglesa. De su vida privada no se sabe mucho, salvo que mantuvo una relación especial con Esther Johnson, hija de un comerciante de la zona. Se rumorea que llegaron a casarse en secreto, pero este dato nunca ha podido confirmarse. Jonathan, muy dado a los apelativos cariñosos, siempre llamaba a Esther, Stella. La otra mujer importante de su vida fue otra Esther, en este caso Esther Vanhomrigh, hija de un comerciante holandés afincado en Dublín, en este caso irlandés. Fue alumna suya y acabó perdidamente enamorada de su tutor, pero Swift nunca correspondió este amor.


Esther Vanhomrigh
En un poema dedicado a esta mujer, se encuentra por primera vez el nombre de Vanessa, que el escritor acuñó para referirse a Esther de forma cariñosa. Swift para ello utilizó la primera parte del apellido de la chica Van y la primera parte del nombre Essa (diminutivo en inglés de Esther) para crear el Vanessa con el que se refiere a ella en el poema. El título del poema Cadenus and Vanessa, además de contener la referencia a Esther contiene una referencia así mismo, ya que Cadenus es el anagrama de Decano, cargo que ocupaba él en la institución universitaria donde trabajaba.